lunes, 23 de enero de 2012

LA RENUNCIA








He renunciado a ti. No era posible
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.

Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...

He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;

Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;

Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.

He renunciado a ti, como renuncia
el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia,
soplando los cristales en los escaparates de las confiterías...

He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!

Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...


Andrés Eloy Blanco

jueves, 19 de enero de 2012

VERDADES AMARGAS

Yo no quiero ver lo que he mirado
a través del cristal de la experiencia.
El mundo es un mercado, donde compran
honores, voluntades y conciencia.

¿Amigos? Es mentira, ¡No hay amigos!
¡La amistad verdadera es ilusión!
Ella cambia y ella desaparece
con los giros que da la situación.

Amigos complacientes sólo tienen
los que disfrutan de ventura y calma,
pero aquellos que abate el infortunio
sólo tienen tristezas en el alma.

Si estamos bien, nos tratan con amor,
nos buscan, nos invitan, nos adulan,
más si acaso caemos,- francamente-,
sólo por cumplimiento nos saludan…

El que nada atesora, nada vale…,
y en toda reunión pasa por necio,
y por más nobles que sus hechos sean,
lo que alcanza es la burla y el desprecio.

En este laberinto de la vida,,
donde tanto domina la maldad,
todo tiene su precio estipulado:
el amor, el parentesco y la amistad.

La sociedad que adora su tesoro
Persigue con saña al criminal
más si el puñal del asesino es de oro,
enmudece y el Juez besa el puñal

Lo que brilla no más tiene lugar,
aunque brille como oro lo que es cobre,
lo que no perdonamos en la vida,
es el atroz delito de ser pobre.

Nada en el mundo es perfecto, puro y sano,
todo se halla con lo puro entremezclado;
el mismo corazón, con ser tan noble,
¡cuántas veces se encuentra enmascarado!

Existe la virtud, ¡yo no lo niego!
pero siempre en conjunto, defectuoso,
hay rasgos de virtud en el malvado,
y hay rasgos de maldad en el virtuoso.

La estupidez, el vicio y hasta el crimen
podrán tener su puesto señalado;
las manchas del defecto no se ven
si las cubre un diamante bien cortado.

A nadie habrá de herir lo que aquí digo
porque ceñido a la verdad estoy,
me dieron a libar hiel y veneno
veneno y hiel en recompensa doy.

Y si apelo a las palabras toscas
de estas líneas, tan duras y sin nombres,
doblando mis rodillas en el polvo,
¡Pido perdón a Dios, y no a los hombres!


De: Ramón Ortega

viernes, 13 de enero de 2012

¡EL BESO!







Del Indio Duarte

¿Que es el beso, pregunta el mundo?
¿Que es el beso, preguntan todos?
y yo respondo:
El beso es para mi comunión de labios
que olvidando los agravios, la maldad y la traición,
arrancan del corazón, con fuerza avasalladora
todo el amor que atesora, pues si el amor es ciego,
deja su marca de fuego en la mujer que se adora.
Besa el bueno, besa el malo, besa el rico, besa el pobre,
besa el niño, y hasta el viejo besa
y hay quien besa por sorpresa para verter su veneno.
Besa de coraje lleno la cruz de su fajón,
el malevo compadrón, que vive entre celo y duda,
lo mismo que beso Judas incubando una traición.
Besa la mujer perdida, al hombre que la ha salvado,
también besa el sentenciado la cruz al perder la vida,
y si una dama al pasar, a un bendigo arroja una moneda
sin el beso no se queda la moneda que arrojó.
Se da un beso a la bandera que a la patria simboliza
y ese beso sintetiza la más ardiente quimera.
Yo juzgo el beso a mi manera,
y que a nadie mal le cuadre,
que para mi, no hay un beso,
no hay un beso que más el alma taladre,
ni que cause mas ardor, que el que se da con un dolor
al cadáver de una madre.